Abril 23 de 2020
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Son tres proyectos concretos en los que la RAP del Eje Cafetero está trabajando con especial prioridad para contribuir a la recuperación de los departamentos de Caldas, Qiundío y Risaralda cuya economía se está viendo seriamente afectada por efecto del confinamiento obligatorio para evitar la propagación del Coronavirus. Se trata de la iniciativa «Mi Eje compra local», el Clúster de Cafés Especiales y el apoyo a la mujer rural, que hacían parte del plan de acción de la RAP pero que se están agilizando ante la necesidad de atender y mitigar el impacto de la post-pandemia en la comunidad, indicó el gerente de la RAP Eje Cafetero Uriel Orjuela Ospina.
¿Qué acciones ha venido planteando la RAP para que la región sortee de la mejor manera el impacto de esta crisis?
En nuestro plan de acción veníamos formulando una serie de proyectos en condiciones de una temporada normal, pero dado lo que está ocurriendo con la aparición del Covid-19 la RAP del Eje Cafetero ha puesto en orden de prioridades los 14 proyectos que teniamos planeado para el 2020, en particular tres iniciativas que buscan generar impacto y empleo: el clúster de cafés especiales, Mi Eje compra local y el apoyo a la mujer rural cafetera.
Hablemos en principio del Clúster de Cafés Especiales…
La idea es crear un clúster en el Eje Cafetero para lograr un impacto más importante en ese segmento del producto, en especial de café verde y café tostado. Lo que se pretende es generar una alianza a nivel regional y formular un proyecto de inversión que viabilice esa iniciativa, de tal manera que podamos identificar unos productores que ya están más o menos definidos en la región, mirar procesos que le generen mayor valor agregado y rentabilidad, buscar espacios de participación en el mercado nacional y generar un esquema de gobernanza institucional para poder darle solidez. Lo que tenemos claro es que estos tres departamentos tienen una alta vocación en la siembra, producción y comercialización de café y lo que pretendemos es buscar un proyecto que genere no solo un impacto inicial en la región desde el punto de vista de empleo, sino que se pueda generar la amplitud para seguir cultivando este producto insignia en Colombia.
¿Sería esta la oportunidad de tener un café de origen del Eje Cafetero?
Más o menos, esa es la idea que la RAP plantea. Las cifras de la Federación Nacional de Cafeteros indican que el año pasado el país cerró con 13.5 millones de sacos de producción y queremos buscar aumentar un poco esa producción, que ha venido históricamente a la baja y especializar la producción de café. En Caldas el área cultivada es de alrededor de 19.000 hectáreas, en Quindío 23.000 y en Risaralda 8.000, que constituyen la fortaleza de un producto como el café que ha tenido muchas dificultades en los últimos años, pero que vemos con muchas posibilidades de generar empleo en toda la cadena de producción, especialmente en el campo.
¿A cuántos caficultores podría llegar a beneficiar esta iniciativa?
El proyecto está enfocado en buscar la capacidad instalada que existe en la región. La clave del éxito del proyecto es que en este momento los departamentos están haciendo los términos independientemente y según su especialización, liderados a través de las Cámaras de Comercio y lo que pretendemos es unirnos de tal manera que podamos generar esa alianza específica. El proyecto está apenas en proceso de formulación para, de la mano de los tres departamentos, aterrizar la población objetiva para no manejar cifras que generen distracción.
¿En qué consiste el proyecto «Mi Eje compra local»?
Ese proyecto lo habíamos planteado inicialmente en nuestro plan de acción para beneficiar, en principio, a 45 familias, empresas familiares o asociaciones agropecuarias que tenemos identificadas. Lo que se busca es impulsar la economía regional desde el punto de vista agroindustrial, de tal manera que se haga un trabajo entre los productores y los campesinos con los compradores, en el marco de un modelo mucho más incluyente. El Eje Cafetero tiene una vocación muy importante, no solo en café sino también en plátano, caña panelera, aguacate, cacao, cítricos y frutales. La idea es poner toda la cadena de valor, desde la siembra a la producción, la recolección, el transporte y -sobre todo- la comercialización, generando capacitaciones para mejorar la calidad y eliminando la intermediación para abaratar costos.
¿Cómo está el panorama de la producción agropecuaria en la región?
El Eje Cafetero tiene una extensión de 1.396.210 hectáreas de las cuales 971.110 son aptas para el cultivo y en la actualidad se aprovecha el 41 %, es decir 242.780 hectáreas, de las cuales los cultivos de café representan el 63 % del total, plátano el 28 %, caña panelera el 6 % y el resto está representando en otros cultivos, como caña de azúcar, aguacate, cacao, cítricos y frutales. Pero a pesar de contar con buenas tierras aptas para cultivos, están poco usufructuados, muy concentrados en dos productos y con grandes oportunidades de aprovechamiento con rendimientos por cultivo y por hectárea muy bajos. Así que la demanda al no ser cubierta por el aparato productivo de estos tres departamentos es suplida por otros, perdiendo posibilidades de crecimiento económico para la región.
¿En qué etapa está esta propuesta?
Este proyecto ya lo teníamos con esa población objetivo pero por la importancia que nos ha demostrado esta emergencia que tiene el campo, estamos también dándole un reordenamiento para que podamos tener un proyecto definido y más actuante. En este momento está diseñado para 1350 familias o asociaciones, pero queremos llegar mucho más allá. Estos proyectos se manejan como una especie de rueda de negocios directa, en el cual se establece una relación de trabajo entre los productos con la institucionalidad de los tres departamentos a través de las Secretarías de Agricultura.
¿Cómo operará el tercer proyecto de apoyo a la mujer rural?
Aunque este no es un proyecto nuestro, nos llegó en el proceso de formulación que estábamos haciendo. Es una iniciativa interesante y muy grande que pretende el apoyo al desarrollo sostenible de la mujer rural en el Paisaje Cultural Cafetero, el cual se sale del mapa de los tres departamentos e incluye los municipios del norte del Valle del Cauca que hacen parte del mismo. Lo que este proyecto busca es mejorar la productividad y la competitividad de la mujer productora, sobre todo para ese núcleo grande de la población que en este momento trabaja alrededor la cultura del café.
¿Qué se busca en concreto con esta iniciativa?
Pretendemos que haya un mejoramiento de los ingresos de la actividad económica para las mujeres, mejores condiciones de salubridad y la dignificación de la mujer en el Eje Cafetero. Este es un proyecto de largo aliento que ha venido siendo liderado en Risaralda y nosotros queremos coadyuvar desde la RAP para que tengamos ruta de gestión y que sea un proyecto que en inversiones está bordeando los $ 45.000 millones y habría que tener una fuerte financiación del gobierno a través del Sistema General de Regalías y de otras fuentes. Realmente con estos proyectos lo que se busca es generar empleo. En este momento los beneficarios de ese proyecto son alrededor de 11.000 mujeres dedicadas a la producción de café en los municipios del Paisaje Cultural Cafetero y lo tendríamos que trabajar con la RAP del Pacífico.
¿Dado que el turismo es uno de los sectores más golpeados, cuál será el aporte del Plan Regional de Turismo?
Este es uno de los sectores más golpeados y de más difícil recuperación en el tiempo. Obviamente el Eje no tiene todavía Plan Regional de Turismo y tendríamos que arrancar por eso. Este también lo tenemos en nuestro portafolio de proyectos para formularlo mediante un trabajo colaborativo buscando la revitalización de un sector que ha sido seriamente golpeado por esa pandemia. La idea es mirar cómo va a ser el modelo de dinamización a corto plazo, dado que como ya sabemos todavía vamos a seguir en unas restricciones muy severas en cuanto a las fronteras aéreas y terreste, lo que golpesa serimente al turismo y nos pone a pensar cómo revitalizar toda la cadena que tiene el sector. El plan como tal tocará diseñarlo ajustado a las actuales condiciones y a futuro, porque se plantea que este tema de cuarentena y restricciones va a ir por más de un año.
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