
La dotación de paneles solares es una medida de reparación colectiva que fue solicitada por dos pueblos indígenas afectados por el conflicto armado en las inmediaciones de Acandí, con la que buscan activar sus fuentes de sostenimiento y así mejorar sus condiciones de habitabilidad.
Los Resguardos Indígenas Chidima y Pescadito se mostraron muy felices por la instalación del sistema de energía que va a acorde con su perspectiva de cuidado ambiental, esta solicitud se había pedido en su Plan Integral de Reparación Colectiva (Pirc) y beneficiará a unas 256 personas que componen sus comunidades.
La entrega fue efectuada por la Unidad para las Víctimas, con apoyo de la Embajada de Noruega, en conjunto con el acompañamiento y ejecución del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), lo que posibilitará el manejo de los instrumentos tecnológicos que habían sido entregados y la elaboración de sus proyectos productivos durante la implementación del Pirc.
Con anterioridad a estas entregas, se ha hecho un acompañamiento interinstitucional a la mencionada comunidad para el desarrollo de capacidades en el manejo y aprovechamiento de estos sistemas de energía solar, que aportan al desarrollo sustentable y respetuoso del medio ambiente.
"Estamos muy agradecidos por el apoyo que nos está brindando La Unidad, porque cumplieron con la solicitud que hicimos de los paneles solares, y la lechería que tenemos también fue apoyada por La Unidad. También agradecemos a las personas que siempre han estado aquí, han conocido las necesidades de la comunidad y han llevado las propuestas a sus caciques y de ahí hemos recibido estos beneficios", señaló Luis Ángel Chavarí, del resguardo Chidima.
Los paneles solares favorecen a cerca de 256 indígenas Embera Katío y Embera Dobida, que han recuperado sus derechos territoriales a través del trámite de reparación colectiva.
La Unidad adelantó la implementación de este Pirc, desde las primeras aproximaciones que se dieron para la caracterización de los daños sufridos por estas comunidades a raíz del conflicto armado, un proceso que inició en 2018 y que ha posibilitado la entrega de dotaciones para la guardia indígena, la reivindicación de prácticas ancestrales y la entrega de compensaciones, un recurso con el que se edificaron sus espacios de encuentro y producción.
Fuente: Unidad de Víctimas & Semana
Comments