Las autoridades indígenas del Cesár serán las que notifiquen nacimientos y defunciones dentro de sus comunidades. “Nosotros en las comisiones de salud estamos pendientes de quién nace y de quién fallece en el territorio, pero las notificaciones no se estaban registrando en el sistema del país. ¿Qué estábamos haciendo, entonces? Ahora, por fin, estamos haciendo el ejercicio como es.” dice Lilibeth Maestre, coordinadora de salud del pueblo indígena Kankuamo.
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Se trata, dice Juan Daniel Oviedo, director del DANE, de “una semilla que queremos sembrar para una nueva forma de relacionamiento estadístico con los indígenas”. El sistema ya está en funcionamiento desde el 25 de febrero y cinco nacimientos ya han sido notificados por los indígenas gracias a la circular conjunta 001 de 2022 emitida por la Registraduría y el DANE.
En ella, ambas entidades habilitan a las autoridades del pueblo Kankuamo a certificar los nacimientos ocurridos en su comunidad. Hasta esa circular, dice Maestre, vivían muchas dificultades. “En el territorio muchas veces uno no puede trasladarse hasta los puestos de salud para tener a los hijos y se usan mucho los partos domiciliarios. Como no nacían en puestos de salud, no nos daban el nacido vivo”. Sin ese papel, era imposible sacar el registro civil.
Sin el registro civil, los niños no tenían plena ciudadanía. “La visibilidad ante el Estado vía el registro civil es un activo fundamental. Esas niñas y esos niños van a poder ser incluidos en los planes de vacunación, acceder a educación y a cualquier otro tipo de elementos que pueda favorecerlos y que tengan un enfoque diferencial en materia de políticas públicas”, explica Oviedo. Para solucionar el histórico fallo, desde 2017 se iniciaron las pruebas piloto de diseño y construcción de formatos de notificación que obedecieran a las condiciones del pueblo Kankuamo. Se discutieron y acordaron elementos que incluso incluyeron el lenguaje: ¿cómo se nombra el nacimiento y la muerte allí?
“El formato de nacimiento que llena la partera o la auxiliar de la IPS indígena se le entrega al cabildo gobernador, para que lo suscriba. Como ya quedó autorizado, ese certificado de nacido vivo expedido por los indígenas ya es válido para sacar el registro civil, sin ningún otro obstáculo”, explica Oviedo. De ahí lo importante de que la circular fuera emitida en unión con la Registraduría.
Según ese último censo, el pueblo Kankuamo tiene una población de casi 17.000 personas, ubicadas principalmente en el departamento del Cesar, donde hay poco más de 16.000. Aunque ese dato representó un crecimiento del 33,6% respecto al censo de 2005, menos de la mitad de esa nueva población permaneció en el resguardo de ese pueblo indígena, en Valledupar. Esto despertó incomodidades.
“Desafortunadamente, la asignación de recursos del Sistema General de Participaciones para los pueblos indígenas se hace en función de la población que reside al interior de los resguardos, es decir, si hay menos población en los resguardos, menos presupuesto tienen. Eso es una norma que está desde 2001 y nadie ha querido cambiar. Los resguardos no son guetos, no son territorios de contención o exclusión, son territorios de reconocimiento de una propiedad ancestral, pero los indígenas tienen la libertad de desarrollarse donde quieran en el territorio nacional”, explica Oviedo.
Los otros tres pueblos de la Sierra (Arhuaco, Wiwa, y Kogui) ya han mostrado interés en unirse al sistema estadístico. “Iniciativas como esta con el pueblo Kankuamo son bastante importantes y podría ser un ejercicio para seguir con el resto de los pueblos indígenas.
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