El Departamento Administrativo de Planeación de Antioquia, a través de un informe entregado a la Asamblea, reveló cómo en ocho de las nueve subregiones del departamento múltiples administraciones tienen desbordados sus gastos de funcionamiento, ya que los gobiernos de 19 municipios de Antioquia arrancaron este año con una profunda crisis en sus cuentas, siendo el Distrito de Turbo uno de los que mayores problemas fiscales arrastra, a pesar de su potencial turístico y estar a las puertas de convertirse en el nuevo epicentro portuario del departamento.
La situación es especialmente crítica en los municipios de Toledo, Montebello y Turbo, que llevan más de cuatro años incumpliendo con los indicadores financieros que exige la ley y que en teoría ya deberían haberse fusionado o convertirse en corregimientos de municipios vecinos. Además, la Gobernación alertó que en la mayoría de los municipios con sus balances en rojo hay una alta dependencia de las transferencias de la Nación, un problema que reduce aún más su margen de maniobra para enderezar sus números.
El diputado conservador Juan Esteban Villegas cuestionó que los municipios con crisis presupuestales de este tipo parecieran haberse convertido en paisaje y los planes de saneamiento fiscal se están quedando en letra muerta porque nadie los aplica. De acuerdo con la ley, los municipios que cierren con incumplimientos tienen un año para efectuar un plan de saneamiento. En caso de que este no surta efecto, el gobierno departamental debe aplicar otro plan de saneamiento por ordenanza que no puede superar los dos años y en caso de que ese último recurso no se cumpla los territorios en problemas deberían fusionarse o volverse corregimientos, una medida que no se ha aplicado por ejemplo en los casos de Toledo, Montebello y Turbo (este último por ser distrito competencia del Congreso).
Los territorios más críticos
La lista de municipios en problemas comienza en el extremo noroccidental del departamento, en la subregión de Urabá, en donde Murindó, Necoclí y Turbo no cumplen con el mínimo de gastos de funcionamiento exigido por la ley. Pese a su gran potencial turístico y empresarial, y pese a estar a las puertas de convertirse en uno de los nuevos epicentros logísticos del país cuando operen los puertos de Urabá, Turbo ya acumula cinco años seguidos sin poder salir de su crisis.
Yuly Catalina Serna, funcionaria del Departamento de Planeación en Fortalecimiento Fiscal e Inversión Pública, precisó que el problema de ese distrito es estructural desde el cuatrienio 2016 - 2019, en un lío en el que se mezcla el bajo recaudo y una planta de cargos que no puede sostener. Tan solo al cierre de la vigencia pasada, Turbo era el municipio antioqueño con su funcionamiento más desbordado, con un gasto del 145,6% en comparación con sus ingresos corrientes de libre destinación (la plata que se recauda en impuestos y que está disponible para emplear de forma autónoma).
“En Turbo hay una situación estructural, que ellos vienen arrastrando desde el periodo 2016 - 2019 cuando ampliaron su planta de cargos. Eso obligó al departamento a tener que cubrir más gastos de personal, lo que a su vez lo tiene con excesos de gastos de funcionamiento. También tiene un déficit histórico acumulado y el pago de este déficit hace que aumenten sus gastos de funcionamiento frente a sus ingresos”, apuntó la funcionaria.
Por su parte, Necoclí cerró con sus gastos de funcionamiento en el 98,49% y Murindó en el 89,93%.
En la subregión del Magdalena Medio, su municipio más grande, Puerto Berrío, también arrancó este año contra las cuerdas con sus gastos de funcionamiento en el 81,09%, junto a Caracolí, con ese indicador en el 94,63%. “Puerto Berrío tuvo una situación particular y fue el fallo de unas sentencias judiciales, como no tiene formulado un fondo de contingencia, entonces tienen que aumentarlo en sus gastos de funcionamiento”, precisó Serna, señalando que en Caracolí el desequilibrio se dio por cuenta de una disminución de los ingresos que, sin importar ese faltante, no frenó el incremento en los gastos operativos.
En Montebello, ubicado en la subregión del Suroeste antioqueño, el hueco se produjo porque una empresa cementera salió del territorio y los impuestos que pagaba no pudieron ser cubiertos por otras fuentes. En esta misma subregión, Hispania, Santa Bárbara y Valparaíso están igual de emproblemados, este último con unos gastos de funcionamiento del 126,4%.
Si bien cada territorio tiene condiciones particulares, Serna alertó que en comparación con el año pasado, los municipios que están incumpliendo con la norma crecieron en un 111%, un incremento que, a su juicio, bien podría indicar que muchos gobiernos salientes, tras concluir su periodo, no tienen reparos en dejarles los chicharrones presupuestales a los gobiernos entrantes.
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