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"Magdalena-Cauca Vive" un proyecto para recuperar las cuencas de los ríos Magdalena y Cauca.

23 DICIEMBRE, 2020


Las cuencas del los ríos Magdalena y Cauca, son el corazón económico, social y ambiental de Colombia; esta historia de transformación de un territorio tan complejo, diverso y heterogéneo ha llevado a un significativo deterioro ambiental. Razón por la cual desde 2016 se viene gestando un proyecto que busca abordar de manera integral y en múltiples niveles los problemas que esta viviendo la macrocuenca, surgiendo así "Magdalena - Cauca Vive" un proyecto financiado por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente e implementado a través del Banco Interamericano de Desarrollo y Ejecutado por la Fundación Natura.


La tarea de este proyecto ha sido contribuir a la conservación y uso sostenible de la biodiversidad acuática y sus ecosistemas, mediante la protección de hábitats prioritarios, la mejora de la salud de los ecosistemas y el fortalecimiento de la gobernanza, las capacidades locales y la equidad de género por medio de una estrategia transversal que tiene como objetivo incentivar la participación de: Mujeres, hombres, adultos mayores, jóvenes, niños y niñas. La ejecución de estos objetivos se enmarca en tres componentes. El primero, "Conservación de Áreas Prioritarias" ; el segundo, "Gestión de la Salud de los Ecosistemas"; y el tercero " Monitoreo y Evaluación".


Conservación de Áreas Prioritarias


“Tras un análisis juicioso, que se hizo antes de iniciar el proyecto, se identificaron áreas que eran claves para los ríos, porque son como los órganos vitales que permiten que estos sigan palpitando”, asegura Clara Solano la directora de la Fundación Natura, quien explica que los ecosistemas y la biodiversidad asociada a los ecosistemas de agua dulce suelen estar subrepresentados en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP). Solo el 4,7 % del área total de los ecosistemas dulceacuícolas se encuentran protegidos.


Así, este componente busca mejorar la representatividad e integridad ecológica de ecosistemas dulceacuícolas en la cuenca, mediante la creación de al menos cinco nuevas Áreas Protegidas Regionales (APRs) que adicionarán por lo menos 160.000 hectáreas nuevas al SINAP, así como el fortalecimiento de cuatro APRs existentes que podrían abarcar cerca de 188.000 hectáreas.


Estas nuevas Áreas Protegidas Regionales han respondido a los llamados internacionales y las agendas globales que están enfocados con gran urgencia en la protección de los bosques secos y los sistemas de humedales (dos de los principales ecosistemas que componen la macrocuenca Magdalena-Cauca). Por eso, el proyecto le dio gran relevancia al componente de la declaración de nuevas Áreas Protegidas Regionales (APR), especialmente de zonas de humedales de tierras bajas de la macrocuenca, que son las que están con mayor desprotección, para mejorar la representatividad e integridad de los ecosistemas de agua dulce en la cuenca.

Entre estas APRs se destaca el complejo cenagoso de Zapatosa, el cual es el complejo de agua dulce más grande de Colombia y, hasta ahora, no tenía ningún nivel de conservación. Tras su declaración con el proyecto, fue connotado por el Programa Hidrológico Intergubernamental de la Unesco como uno de los 27 sitios demostrativos del mundo, como ejemplo para replicar en otros lugares.


En la creación de estas nuevas APRs se realizó un acompañamiento y fortalecimiento de las Corporaciones Autónomas Regionales como Cornare, Corantioquia, Corpamag, CVS y Corpocesar, para ir más allá de declaraciones en papel e impulsar acciones concretas, como los Planes de Manejo en las áreas protegidas. Se tiene previsto que, al finalizar el proyecto, se hayan apoyado acciones de implementación de los Planes de Manejo en nueve Áreas de Protección Regional.


Mejorar la salud de los ecosistemas


Este apartado tiene por objetivo contribuir al mantenimiento de los ecosistemas dulceacuícolas, a través de: (i) la mejora de hábitats dulceacuícolas de importancia para la reproducción de Bocachico y Bagre Rayado, a partir de la formulación de Planes de Ordenamiento Pesquero ; (ii) la incorporación de criterios para la gestión de ecosistemas dulceacuícolas en la planificación ambiental y territorial de la cuenca a partir del modelamiento hidrológico (hidrología, sedimentación y clima).


Estas acciones socio-ambientales relacionadas con restauración de áreas de bosque seco y del recurso pesquero, vinculadas con ecosistemas acuáticos de alta importancia para el país como son la Ciénaga de Ayapel, Barbacoas y Zapatosa. En estos ecosistemas se ha avanzado en un mínimo de 300 hectáreas restauradas bajo acuerdos de conservación con las comunidades locales.


Respecto a esta integración de las comunidades locales, Clara Solano declara, “No podíamos imaginarnos un proyecto que no tuviera una intervención muy fuerte en lo local” Los acuerdos con las corporaciones fueron una parte importante para producir y generar información y capacidades que son necesarias para que los avances se mantengan en el tiempo; pero también es fundamental la labor con los habitantes del territorio. “Empezamos a trabajar con diferentes grupos que están asentados muy cerca de los núcleos de trabajo de las áreas protegidas, especialmente pescadores, en temas de ordenamiento de la pesca y generación de acuerdos, de capacidades”.


En esa búsqueda, se encontraron con otros procesos organizativos que venían trabajando desde antes, entre los que se encontraban grupos de mujeres, colectivos de pescadoras, de personas mayores, grupos para la conservación del manatí y de restauración de zonas degradadas, entre otros, que, gracias a una alianza con el PNUD, se pudieron fortalecer para desarrollar acciones de protección .


Pero hay otro pilar que también es fundamental para la protección de la salud de estos ecosistemas: la producción de ciencia e información con un cambio en la visión de los ríos. En este aspecto, el IDEAM ha sido la mano derecha del proyecto. “Era necesario propiciar una visión ecohidrólógica de la macrocuenca Magdalena-Cauca”, asegura Ómar Vargas, subdirector de hidrología del IDEAM. “Normalmente, las investigaciones de agua están en dos campos de la ciencia: la biología y la hidrología. Con la ecohidrología lo que se busca es que se puedan responder preguntas integrales que tengan en cuenta todo el ecosistema y que se reflejen finalmente en la salud de estos”, explica.

En sus palabras, cuando se deja de ver el río como un canal por donde se mueve una cantidad de personas, que recibe desechos y lleva agua de un lado a otro, y comienza a verse en toda su integralidad, entendiendo que hay espacios que deben respetarse para sus dinámicas y sus pulsos, pero también para las subiendas y la reproducción de diferentes especies, así como una interconexión con lagunas y ciénagas que no pueden romperse, y aunque ha habido desarrollo en el río Magdalena, no ha habido desarrollo del río Magdalena y sus ecosistemas.


Monitoreo y Evaluación


El ultimo componente comprende el acompañamiento a las instituciones que conforman el Sistema de Información Ambiental de Colombia (SIAC) para el diseño del sistema de monitoreo, definición indicadores, estableciendo competencias y acordando los arreglos institucionales requeridos para adoptar unos mecanismos de monitoreo efectivo.


En el marco del proyecto se han generado ya tres modelos ecohidrológicos para las ciénagas de Ayapel y Zapatosa (Bajo Magdalena-Cauca) y la cuenca del río La Vieja (Alto Cauca). “Con la implementación por primera vez de este enfoque, futuros proyectos podrán implementar una gestión integral, con visión ecosistémica, del recurso hídrico. Sobre todo, en zonas del país donde tengamos necesidades de protección, conservación o recuperación de ecosistemas”, concluye Vargas.


Nuevos aportes técnicos y científicos además del aporte de la nueva red de áreas protegidas y del desarrollo del primer piloto en Colombia de modelación ecohidrológica, el proyecto ha dejado ganancias valiosas en la formación de personas, funcionarios e instituciones de la mano de los equipos de expertos de la Fundación Natura y el IDEAM. También ha dejado nuevas estaciones de monitoreo. Estos desarrollos técnicos fortalecen el Sistema de Información Ambiental de Colombia (SIAC) y el Sistema de Información del Recurso Hídrico, al que se le aporta nueva información para la evaluación del estado de los ecosistemas dulceacuícolas en el país y su biodiversidad asociada.


La correcta puesta en marcha de estos tres ejes permiten la comprensión del río en su totalidad, de cómo son sus flujos de agua y su interacción llenando y vaciando los humedales y el impacto de esto en la biodiversidad; comprendiendo que se enmarcan diversos riesgos, tales como los de inundación o sequía, y en ultimas de la salud misma de la cuenca. Por lo que se hace necesario continuar en la mejoría de los procesos de monitoreo e integración de los diversos actores del río, controlando así los riesgos que representa el río para poder aprovechar este como un espacio de nuevas y grandes oportunidades.


Fuentes:



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