1 de abril 2021
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A 14 ascienden los líderes indígenas asesinados lo que va de año según Indepaz. Los hechos ocurrieron en la tarde del miércoles 31 de marzo en el corregimiento de Cardón. La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) denunció que, aunque desde el 15 de marzo la lideresa recibió amenazas y por eso pidió medidas de protección, su solicitud no fue atendida.
La lideresa Aura Esther García Peñalver, de 51 años, autoridad tradicional de la comunidad de Arronshy, corregimiento de Cardón, municipio de Uribia, fue asesinada este miércoles con un arma de fuego en zona rural del municipio. Según las autoridades, los hechos se registraron a la altura del kilómetro 87 de la vía Uribia-Puerto Bolívar. “Los hechos ocurrieron cuando la líder wayuu venía llegando a la entrada de su comunidad en compañía de su esposo en una motocicleta. Fue emboscada por dos sujetos desconocidos. La víctima recibió varios impactos de bala que acabaron con su vida”, informó la organización en un comunicado.
De manera inmediata, la Onic rechazó el asesinato de la lideresa y aseguró que desde el 15 de marzo la lideresa recibió amenazas a través de llamadas telefónicas y mensajes de texto “que la llevaron a denunciar y solicitar ante las autoridades competentes medidas de protección para resguardar su seguridad y de las mujeres wayuu de su comunidad”. Aún así, asevera que la solicitud de García no fue atendida. Líderes indígenas y organizaciones sociales exigieron a las autoridades investigar el asesinato. “Familiares de Aura Esther García Peñalver hacen la solicitud a la Fiscalía General de la Nación, a las comisiones de DDHH y las Autoridades Tradicionales Wayuu, junto la Secretaria de Asuntos Indígenas del Departamento de La Guajira para hacer el acompañamiento y salvaguardar la vida”, manifestó la Onic.
Las consecuencias tras el asesinato de los líderes.
Desde 2016, más de 400 líderes han sido asesinados en Colombia, el número más alto en América Latina, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH). Estos defienden sus comunidades, sus derechos y sus recursos, principalmente el derecho a la vida y los derechos humanos, y para ello, educan, empoderan, suelen decir ellos mismos: “Le abrimos los ojos a las comunidades”. Un líder es una persona que conoce su comunidad, sus integrantes y sus necesidades, cuenta con reconocimiento de su comunidad por conducir, coordinar o apoyar procesos o actividades de carácter colectivo que afectan positivamente la vida de su comunidad, mejoran y dignifican sus condiciones de vida o construyen tejido social. No tiene que tener título, ni cargo alguno, su potestad está soportada en el reconocimiento de su comunidad.
La labor que realizan algunos —por ejemplo, oponiéndose a la presencia de grupos armados o denunciando abusos— los ha convertido en blanco de ataques. Otros han sido asesinados durante ataques de carácter más general perpetrados por los grupos armados contra la población civil. Los asesinatos han dejado al descubierto las dinámicas invisibilizadas de violencia y abuso en regiones remotas de Colombia, donde la presencia de autoridades judiciales y la policía frecuentemente es escasa. Esta ausencia de instituciones del Estado ha dejado a innumerables comunidades indefensas. Cuando un líder social y defensor de los derechos humanos es asesinado, las comunidades quedan desprotegidas, pierden su capacidad de denuncia, el miedo queda sembrado en la comunidad y se agudiza su condición de vulnerabilidad. Pierden la esperanza y quedan a su suerte. Recordemos que son los líderes los representantes de todos los indígenas que componen los resguardos ante los entes de control y administrativos, nacionales y regionales.
Aproximadamente la mitad de los casos documentados por la Oficina del ACNUDH y la Defensoría del Pueblo involucran a líderes de las comunidades indígenas nasa. Muchos de ellos han sido asesinados por oponerse a la presencia de grupos armados, y en particular al tráfico de drogas, en sus territorios. Conforme al derecho colombiano, las comunidades indígenas tienen la facultad de detener y juzgar a quienes cometen delitos en sus territorios. Esto incluye medidas de control por parte de la guardia indígena nasa, es decir, personas que patrullan su territorio con bastones de mando indígenas de madera que tienen principalmente un valor simbólico. Los nasa han confiscado armas y drogas y han detenido, juzgado y condenado a miembros de grupos armados en sus territorios, incluso por amenazas y asesinatos. “Ellos [los grupos armados] tienen armas, carros, dinero, tienen todo para hacernos la guerra, nosotros solo tenemos nuestros bastones de mando que simbolizan nuestra autoridad, nuestra resistencia pacífica y la defensa que hacemos de nuestro territorio”.
“Cuando un líder social es asesinado, no solamente pierde la comunidad, pierde el país y pierde el mundo”, afirma Oscar Montero, líder indígena del pueblo kankuamo.
Oscar Montero, politólogo y líder indígena, ante la situación crítica en una entrevista el año pasado para Open Democracy -que permanece más vigente que nunca- expresó:
Hoy la situación en la que nos encontramos los pueblos indígenas es, sin lugar a dudas, una crisis humanitaria, además de sanitaria por la Covid-19. Esta crisis humanitaria de la que hablo se repite, como ya le dije, en ciclos. Nosotros lo llamamos Genocidio por las cifras." Si hablamos de los líderes sociales indígenas desde la firma del Acuerdo de Paz a la fecha, ya van más de 250 líderes indígenas asesinados, principalmente que hacían parte de la guardia indígena, autoridades, médicos tradicionales y todos los que tienen algún tipo de reconocimiento o cargo dentro de las estructuras organizativas de sus pueblos".
Las principales razones identificadas para estos asesinatos son: primero, seguir protegiendo el territorio. Eso nos cuesta la vida porque son territorios donde pasa todo. Territorios del conflicto armado, territorios del narcotráfico, territorios de la militarización, territorios de la explotación natural. Segundo, el control territorial. Tercero, los recursos naturales. Cuarto, porque somos férreos en la construcción de paz. Nosotros consideramos que somos actores de paz desde siempre porque la paz es el camino y el diálogo que hay que seguir buscando. Eso no le gusta a todo el mundo y nos asesinan por eso. De las 115 tribus indígenas que habitamos el país, 70 tenemos un riesgo inminente de desaparecer, 39 ya han sido reconocidas como casos críticos por la Corte Constitucional mediante el auto 004 de 2009 y 31 pueblos tiene menos de 500 habitantes en el mundo.
Ahora hace parte de la Organización Nacional Indígena de Colombia-Onic, y desde ahí ha liderado muchos procesos en escenarios políticos, de paz y territoriales. Fue coordinador del Informe Nacional de Memoria Histórica de los Pueblos Indígenas en Colombia. Lamentablemente, la situación actual de los pueblos indígenas es tremenda. Desplazados, masacrados, asesinados. Por eso proponemos un diálogo intercultural, y pedimos que cesen las expresiones racistas y xenófobas contra nosotros. Nosotros pedimos una construcción real de un estado pluricultural, de un estado social de derecho.
Tomado de: Indepaz
Fuente: ONIC, Human Rights Watch y Open Democracy
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