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El camino para devolverle el agua potable al Caribe


07 de Octubre de 2022



Durante el cuarto Encuentro Regional por el Agua y la Energía Renovable de la campaña BIBO, representantes de La Guajira, Magdalena y Atlántico ahondaron en los desafíos para lograr un adecuado suministro y manejo del recurso hídrico en sus territorios, así como en el potencial en energía eólica que tiene La Guajira.




Según datos del Gobierno Nacional, solo el 20 % de la población de La Guajira tenía acceso a agua potable en 2021. Tres años antes el porcentaje era de 4 %. Ese rezago en materia hídrica que aqueja al departamento es tan solo un ejemplo del panorama crítico que experimentan múltiples comunidades en la región Caribe y que fue expuesto por los invitados al cuarto Encuentro Regional por el Agua y la Energía Renovable de este año. La iniciativa, liderada por ISAGEN, con la dirección técnica de WWF Colombia y el apoyo de la campaña BIBO de El Espectador, busca generar recomendaciones en temas de agua y energía para la formulación del nuevo Plan Nacional de Desarrollo (PND 2022-2026).


“Nuestro problema no es de falta de agua, es de gestión del recurso hídrico”, señaló Javier Pacheco, gestor de proyectos de la Red EcolSierra, organización que fomenta la actividad agrícola-ecológica en la Sierra Nevada de Santa Marta. La apreciación fue replicada por otros asistentes al encuentro que coincidieron en que, previo a reflexionar sobre formas de mejorar la calidad del agua, es imperativo hablar de cómo garantizar el acceso prolongado al recurso teniendo en cuenta la geografía y distribución poblacional, además de las respectivas amenazas al cambio climático que enfrentan los territorios.


Para los participantes del grupo de Gestión del Uso, el Plan Nacional de Desarrollo (PND) debería formular esquemas habilitadores que aseguren el acceso equitativo al recurso hídrico. Uno de los retos es combatir la complejidad existente para conectar a las poblaciones alejadas con una red de distribución, mantenimiento y tratamiento del agua de calidad. En este punto, el departamento de La Guajira fue el centro de la discusión. “La realidad es que aquí tenemos 5.000 metros cúbicos (de agua) por habitante en el departamento, pero no hay sistemas de abastecimiento y distribución”, indicó el gerente ambiental del Cerrejón, Luis Madriñán.


Desde la Corporación Ambiental de La Guajira también expresaron no enfocar únicamente los esfuerzos gubernamentales en la construcción de pozos para extraer el agua subterránea. “Cuando preguntan por soluciones, todo el mundo mira hacia el suelo, pero se olvidan de los 540 km de línea de costa de La Guajira. ¿Qué pasa con el agua de mar? Tenemos un proyecto como es la represa del río Ranchería para llevar agua a la zona alta, entonces, ¿por qué no llevamos el agua a las comunidades”, aseveró Fernando Prieto, coordinador ambiental de la corporación.




Unificar visiones


Realizar una zonificación ambiental por departamento fue otra propuesta lanzada durante la conversación. El instrumento de planeación permitiría trazar una línea base de usos del suelo que, posteriormente, serviría para aplicar mecanismos de adaptación específicos, orientados al desarrollo sostenible.


Hay que recordar que el Acuerdo de Paz estableció un plan de zonificación ambiental para caracterizar las áreas candidatas a tener un manejo especial. Aunque este instrumento debía implementarse en un plazo máximo de dos años en los 170 municipios con Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), de los cuales 15 se ubican en los departamentos de Cesar, La Guajira y Magdalena, la resolución para adoptar este punto del Acuerdo se firmó en 2021.


Mientras su implementación avanza, Angie Yepes, vicepresidenta de la fundación Mujeres Rurales Construyendo Futuro, destacó la importancia de “entender los ecosistemas” de la mano de las comunidades. Su organización hace procesos de restauración en dos de las microcuencas del río Frío (Magdalena) y cuenta, como experiencia de éxito, que han logrado transmitir prácticas sostenibles de cultivo a los agricultores de la zona y enseñarles a preservar especies nativas que, luego, se devuelven al río mediante procesos de restauración.



¿Áreas protegidas?

El Registro Único Nacional de Áreas Protegidas (RUNAP) señala que los departamentos de La Guajira, Magdalena y Atlántico poseen 51 áreas catalogadas como protegidas. La Sierra Nevada de Santa Marta, la Serranía de Perijá y el Palmar del Tití son las más representativas por número de hectáreas. Pese a ser denominadas así y estar bajo la supervisión de las autoridades ambientales, quienes trabajan directamente en terreno dieron durante el encuentro los factores que las afectan actualmente.


Para el caso de la Sierra Nevada, los representantes de la sociedad civil alertaron sobre la dificultad de proteger el santuario hídrico de 400.000 hectáreas debido a la inseguridad y la falta de recursos económicos, así como el avance escalado de la deforestación. La petición al Gobierno Nacional se enmarcó en fortalecer la gestión de Parques Nacionales Naturales, organización responsable de su cuidado.





Fuente: https://www.elespectador.com/ambiente/bibo/el-camino-para-devolverle-el-agua-potable-al-caribe/

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