28 DE MAYO,2021
Se estima que entre 30 y 60 mil millones de pesos, se han utilizado para la construcción de un acueducto por gravedad y una serie de pozos profundos , los cuales deberían proveer de agua a más de 23.000 personas en 28 veredas de los corregimientos del Morro, Mata de Limón, Alcaraván, La Niata y la Chaparrera. Pero a día de hoy esta inversión se refleja en obras con escaso funcionamiento que aún siguen demandando grandes recursos para operar a medias.
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El termino "elefante blanco" tiene un interesante origen, desde las tierras de Siam (ahora Tailandia) donde los elefantes blancos eran considerados sagrados y representación de estatus entre reyes; no obstante el regalo de estos grandes animales, también era utilizado como un castigo, puesto que dado el estatus de estos animales, no se podía obtener ningún beneficio de ellos, mientras que dada su magnitud se tenia que invertir mucho dinero para su obligatoria conservación.
Actualmente, se usa este termino para referirse a obras que cuestan mucho en su manutención y/o creación, pero que contrario a lo estipulado, presentan poca o nula utilidad. Se esperaría que así como los elefantes alvinos, estos fueran casos raros y excepcionales, pero lastimosamente, en la administración publica regional (e incluso nacional) son más de uno los casos que llegan rápidamente a la mente.
El caso en cuestión es especialmente importante en el marco de la estrategia de seguimiento y control de la DAF, puesto que compete a recursos de Agua Potable y Saneamiento Básico, mientras que recorre un largo tiempo en el imaginario.
Dos historias, un resultado
Los pozos profundos:
El problema inicia el 17 de noviembre de 2005 con un convenio entre la gobernación y la empresa de acueducto de Yopal, en donde se destinan –incluidos dos adicionales— alrededor de $1.600 millones de pesos para la construcción de pozos profundos en las veredas el Playón, Santa Bárbara, El Recuerdo y Villa del Carmen, con el triste y lamentable resultado que nunca sirvieron para absolutamente nada. Siendo que actualmente solo funcionan menos del 10% de estos pozos.
Después ¡más de 13 años después! el 31 de octubre de 2018, una nueva administración, firma un convenio para invertir 379 millones de pesos para mantenimiento de pozos profundos en veredas de La Chaparrera y planta de tratamiento de aguas residuales en El Morro, en donde las comunidades aseguran que no tiene ningún sentido invertir sumas tan exiguas para tantas obras –que a la hora de la verdad no sirve para nada— lo que interpretan como un afán de “contratar por contratar”, sin ningún tipo de planificación ni tener claridad a dónde se quiere llegar con la acción gubernamental.
El acueducto interveredal
El 16 de diciembre de 2008, se destinaron al menos $4.000 millones de pesos para la construcción de un acueducto interveredal por gravedad, para abastecer de agua potable a las veredas La Niata, Guayaque y Barbasco. Cuyo saldo es una obra que solo funciona a medias cuando se invierten “un adicional” para el mantenimiento, hasta tal punto que la comunidad actualmente solo recibe agua con aljibes y carrotanques.
A lo largo de casi 10 años se llevaron acabo inversiones "adicionales" necesarias para un funcionamiento a medias de la obra, que resulto con que en 2017 se firmara un convenio con la empresa departamental Acuatodos, en donde se invierten alrededor de 1056 millones de pesos, que incluye recursos para mantenimiento del fallido acueducto de La Niata, Guayaque y Barbasco; plantas de tratamiento de aguas residuales para los corregimientos El Morro y la Chaparrera; y rehabilitación y operación de acueductos veredales en Tilodirán y la Guafilla. ¿El resultado de esta inversión? El mismo y precario funcionamiento del acueducto.
El resultado
Ante estos movimientos de dinero, con casi que nulo efecto en las comunidades, se sembro un descontento generalizado que a resultado en diferentes acciones legales, como el derecho de petición, la tutela, la acción popular y las medidas cautelares, las cuales no han tenido un efecto alguno, ni han devengado algún tipo de debate de control político en el consejo o la asamblea departamental, como lo relata Giovanny García y Jaime Castañeda, lideres sociales de las comunidades.
Ante la ignorancia de esta problemática a nivel municipal y departamental, los diferentes delegados de estas veredas se dieron la tarea de elaborar una proposición ( incluidos los cuestionarios a funcionarios nacionales y territoriales) para un debate sobre esta problemática en la plenaria de la Cámara, que posteriormente fue expuesta y concertada con el representante de Antioquia Jorge Alberto Gómez, a quien la semana pasada le fue aprobada la mencionada proposición en la plenaria.
La importancia de estos hechos, además de abrir las puertas a una solución real para el acceso al preciado liquido en estas veredas, es que es la primera vez que un sector poblacional de Casanare se toma el trabajo de discutir, concertar y redactar una proposición de debate de control político, incluidos los respectivos cuestionarios para el ministro del Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial; la viceministra de Aguas y Saneamiento Básico; el director general de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales; la procuradora general; el contralor general; el director nacional del Sistema General de Regalías; Y la superintendente de Servicios Públicos. Así mismo, la invitación al director de Corporinoquia, el gobernador de Casanare y el alcalde de Yopal.
A titulo personal, este caso resalta dos problemas recurrentes en el país que limitan la consolidación y el acceso a recursos fundamentales como el agua, el primero es la existencia de recursos y la necesidad de focalizar los mismos, puesto que estos lastimosamente se pierden entre funcionarios y contratistas, dejando como saldo, comunidades vulneradas en el acceso a sus derechos; el segundo punto, es la dificultad de las comunidades para hacerse escuchar frente a los mecanismos de auditoria y control, puesto que requieren de esfuerzos de larga data, los cuales muchas veces no se dan por el desconocimiento generalizado de los procesos y mecanismos, sin contar con las presiones externas que pueden llegar tras hacerse visible como lideres o lideresas sociales. Por ello, labores como la realizada por esta dirección deben ser tomadas con responsabilidad y premura por cada uno de nosotros, como servidores públicos, puesto que nuestro accionar devenga directa o indirectamente en el acceso a los servicios fundamentales de comunidades enteras, muchas veces históricamente olvidadas y sin voz.
Fuentes:
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