3 NOVIEMBRE, 2020
Desde hace más de dos décadas Cormagdalena ha sido la entidad de Estado colombiano encargada de la misión de velar por el correcto funcionamiento del río Magdalena, tanto a nivel ambiental como a nivel portuario y de transporte. Sin embargo, expertos en el área de la navegabilidad del río han expresado su preocupación por el estado actual de la infraestructura que se requiere para sostener la navegación por la vía fluvial más importante del país.
En diálogo con Sistema Cardenal, el oficial de la Armada Nacional Enrique Lequerica Otero presentó varios cuestionamientos a la labor Cormagdalena ha venido realizando como institución en lo que respecta a la gestión del río.
“Hemos ido perdiendo la visión importante del río… en un momento dado teníamos las herramientas básicas para poder trabajar con el río, para predecir al río, y poco a poco fuimos abandonando la investigación, y la infraestructura para apoyo del río”, dijo Lequerica.
Otero quien se desempeña como consultor, investigador e historiador, en diferentes ocasiones a expresado a Cormagdalena y las autoridades regionales su preocupación por el manejo de los diferentes puertos del río Magdalena, además advierte que Cormagdalena ha fallado en su misión de generar sus propios recursos para operar y en hacerle un seguimiento adecuado al río Magdalena, lo que se hace palpable a la hora de evaluar la gestión de esa entidad.
“Se acabó la investigación, no tenemos monitoreo permanente… no contrata un dragado, necesita terciarizarlo a través de un intrincado de compañías. No contrata la APP, porque ya lo hace a través de ANI, y tampoco controla las concesiones portuarias porque las subcontrata con terceros, misionalmente su función administrativa está completamente en cero”, dijo Lequerica.
El oficial también advirtió que el Estado colombiano debe hacerle seguimiento a la gestión de sus recursos en Cormagdalena, dado que actualmente el río Magdalena tiene problemas delicados como la erosión, que ponen en riesgo a miles de ciudadanos que viven a sus orillas durante la época de crecida. Un ejemplo es la emergencia que se vive en Salamina, Magdalena, donde la corriente está socavando la carretera que pasa paralela al río, que a su vez funciona como dique de contención de sus aguas.
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