Con el regreso de las lluvias se pone en alerta a las comunidades y sus gobiernos.
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Foto: La Patria
El río Magdalena, eje vital de las comunidades ribereñas, enfrenta un preocupante incremento en sus niveles debido a las intensas lluvias. En El Banco, Magdalena, el caudal alcanzó los 8,05 metros, quedando a solo 30 centímetros de su cota máxima, lo que activó la alerta roja en el municipio. Autoridades locales, como la Inspección Fluvial y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), han intensificado el monitoreo en puntos críticos para mitigar el riesgo de desbordamientos que podrían ocasionar daños graves a cultivos, viviendas y vías.
En La Dorada, Caldas, el nivel del río se mantiene en 4 metros con alerta verde, pero con pronósticos de aumento en los próximos días. Andrea Díaz, coordinadora de la Unidad de Gestión del Riesgo del municipio, explicó que se realizan monitoreos constantes a través del Sistema de Alerta Temprana y que los embalses aguas arriba, como Betania y El Quimbo, están operando dentro de sus límites normales. Sin embargo, se insta a la comunidad a definir planes de emergencia ante posibles crecidas.
El impacto de las crecientes ya es evidente en la economía local. En La Dorada, pescadores como Alirio Díaz enfrentan una marcada escasez de peces, altos costos operativos y competencia creciente. Las inundaciones han eliminado los caños de pesca tradicionales, mientras que los precios de variedades como el nicuro se han duplicado, afectando tanto a los pescadores como a comerciantes locales.
En Guacamayal, Magdalena, las lluvias provocaron el desbordamiento del río Sevilla, dejando a los habitantes con el agua a la altura de las rodillas. La Gobernación del Magdalena activó maquinaria amarilla y comités de riesgo comunitarios para atender la emergencia, mientras que líderes comunales como Eduardo Gastelbondo manifestaron su preocupación ante el riesgo de mayores afectaciones en las próximas horas.
Las autoridades departamentales y municipales continúan en alerta máxima, implementando protocolos de emergencia y fortaleciendo la comunicación entre consejos de gestión del riesgo. Se hace un llamado a las comunidades a permanecer en zonas seguras y atentos a los pronósticos oficiales, mientras se intensifica el monitoreo del Magdalena y sus afluentes para prevenir desastres mayores.
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