Fecha: 23 de septiembre 2020
En la nueva normalidad que está atravesando el país se están abriendo progresivamente muchos sectores, incluidos el sector de educación. De esta forma, Bogotá ya abrió una nueva temporada de matrículas para el año 2021 con 113 mil cupos disponibles, 42 mil de estos para los tres grados de la educación inicial: prejardín, jardín y transición. Dicho proceso se realizará únicamente de manera virtual, a través de ww.educacionbogota.edu.co. Ahora bien, en algunos colegios privados desde hace un tiempo se vienen realizando clases presenciales bajo el modelo de alternancia cumpliendo con todos los protocolos bioseguridad. En esta noticia le contamos la experiencia de padres de niños que han vuelto a clases y sus perspectivas y preocupaciones al respecto.
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El regreso a clases tiene inquietos a varios padres de familia que quieren saber cómo se van a desarrollar las clases antes de matricular a los niños. En los últimos meses, en dos ocasiones los docentes del sector público han salido a las calles a explicar que no existen condiciones de bioseguridad para realizar clases presenciales bajo el modelo de alternancia. Por su parte, el regreso a clases de algunos colegios privados, como en el caso de las universidades, ha podido lograr una importante inyección de recursos en tiempo record, para modificar la infraestructura de las escuelas. En diálogo con Caracol Radio, Marcela Escobar, una madre de familia que tiene a sus dos hijas estudiando de manera presencial, desde hace algunas semanas, aseguró que la decisión la tomó porque desde un inicio, el colegio garantizó que los niños contaban con todas las condiciones para permanecer seguros dentro de las instalaciones.
Al respecto Marcela afirmó: “Los protocolos empiezan a funcionar desde las rutas, antes de subir les desinfectan zapatos, maletas; llegan al colegio y nuevamente hacen un proceso de desinfección. En el colegio pusieron lavamanos en las zonas verdes, en la cafetería; instalaron pérgolas para que los niños pudieran hacer las filas guardando el distanciamiento establecido; compraron llaves y secadores automáticos para que no tuvieran que tocar nada, la lectura de la temperatura se toma a distancia; el colegio les compró los visores y nos capacitaron sobre qué debían hacer los niños al llegar a casa”.
A su vez, recalcó que uno de los mayores beneficios que ha encontrado de este regreso a clases ha sido la mejora del estado de ánimo de sus hijas de seis y diez años. “Uno nota que están más activas, más felices. El cambio de ambiente, el estar sentadas todo el día, estar expuesta a las pantallas las tenía cansadas”. Y aunque solo se quitan el tapabocas para tomar refrigerio, solo once niños están en el salón e incluso los recreos son controlados, su único temor es que los otros padres no cumplan con los protocolos en casa.
Finalmente, indicó que no le da miedo el cómo maneja el coronavirus el colegio sino el cómo se cuidan en el hogar de los otros niños, sin embargo, afirmó que "llevamos un mes y todo ha salido bien”, e insiste en que lo importante es sentirse seguro, porque “también es válido que existan padres que sigan en la virtualidad”, sobre todo cuando no existen garantías para volver.
Fuente: https://caracol.com.co/radio/2020/09/23/nacional/1600858888_942937.html
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